Hoy en día es muy probable que escuchemos con mayor frecuencia el término “Internet de las cosas (IoT)”, sin embargo, mucha gente no tiene claro aún a qué se refiere este concepto y cúal es la utilidad en la vida cotidiana. A lo largo de este blog abordaremos este concepto, las características y el aporte dentro de los seguros.
El Internet de las cosas es una red interconexión digital de objetos físicos que incorporan sensores, software y otro tipo de tecnologías con el objetivo de intercambiar datos entre dispositivos y sistemas por medio de internet para detectar patrones, mejorar la eficiencia y crear nuevas experiencias en los usuarios.
Existen miles de dispositivos que operan dentro de esta red IoT, desde objetos domésticos como lavadoras hasta herramientas industriales de alta gama.
¿Cómo funciona el Internet de las cosas?
Estos dispositivos están diseñados para trabajar sin la necesidad de intervención humana físicamente. Se conectan entre sí con un proceso llamado Machine to machine (M2M) utilizando diferentes tipos de conectividad como WiFi, Bluetooth, AirPlay, entre otros.
Una vez recolectada toda esta información de los diferentes dispositivos, es posible procesarlos y analizarlos para obtener conclusiones de los hábitos del usuario.
Existen cuatro pasos durante este proceso de intercambio de datos:
- Captura de datos: Por medio de sensores, los dispositivos IoT recolectan información del entorno. Por ejemplo, algo tan sencillo como la temperatura o datos mucho más complejos como anuncios en redes sociales.
- Intercambio de datos: Haciendo uso de redes disponibles, los dispositivos permiten la accesibilidad a los datos a través de una nube pública o privada.
- Procesamiento de datos: El software se programa para realizar una acción con base en los datos de la nube como encender una lavadora o enviar una notificación de movimiento.
- Acción a partir de los datos: Se analizan los datos de los dispositivos IoT dentro de una red para obtener información estratégica que sirva en la toma de decisiones.
El IoT en los seguros
Como podemos ver, los dispositivos conectados al Internet de las cosas están en todos lados y muchos de ellos pueden recolectar información valiosa sobre la manera en que vivimos. Es por esto, que el sector asegurador tiene una gran oportunidad de hacer uso de esta tecnología para mejorar sus procesos e introducir nuevos productos basados en el IoT.
Quizá una de las principales aportaciones que ofrece el Internet de las cosas en el sector asegurador, es la posibilidad de conocer mejor los hábitos particulares de cada usuario. Con el tratamiento correcto de la información es posible personalizar diferentes productos y adecuarlos a necesidades muy particulares de los usuarios. Un tipo de seguros que se adapta muy bien es este rubro son los de movilidad que aplican telemática. La información que los coches recolectan puede indicar muchas características de los conductores y las aseguradoras, en función de lo anterior, ofrecen coberturas a los riesgos reales de cada usuario.
Siguiendo con el ejemplo en seguros de movilidad, el IoT puede ayudar a prevenir siniestros. Los datos que se recolectan de un vehículo pueden mostrar si hay anomalías en alguna de las funciones y alertar al usuario para que tome las medidas necesarias. Esto aplica también para dispositivos inteligentes dentro del hogar, pues es posible configurarlos para reportar de inmediato si existe algún comportamiento inusual que ponga en riesgo la seguridad del inmueble.
Se estima que en la actualidad existen en promedio 6,500 millones de dispositivos conectados en esta red y que diariamente se añaden 3 millones más, de acuerdo con el portal Seguros y Pensiones para Todos.
Este crecimiento sin duda alguna, no puede pasarse por alto y muchas empresas encargadas del desarrollo de nuevos productos en el sector de seguros están trabajando para introducirlos en la experiencia de los usuarios.
